Elefancia





Fairytale


Si se trata de casas encantadas hay una que le gana a todas las demás. Es la que siempre vuelve a mi memoria y la que en mi cabeza ilustra y ejemplifica y se come y espanta y vomita y escupe y se atraganta con todo el resto. Esa casa que al probarla sabe a fruta de piel amarga y corazón dulce. La que alberga niños en pena, los descuartiza despacio pero solo para asustar a otros pobres niños malcriados que caminan por donde no deben de rebeldes y tontos que son.
Estrictamente hablando ella es la casa más boba, porque le gustaría ser lo que no es. Es la casa pura apariencia (para eso ni seas casa embrujada) comentan las vecinas envidiosas. Un día, conciente de las habladurías mandó plantar dos rudas machos y dos rudas hembra, las plantas se reprodujeron y produjeron una peste de bichos bolas.